Lionel Messi tenía 18 años, hacía solo 10 meses que había debutado profesionalmente con el Barcelona y ya había liderado a Argentina al título del Mundial Sub 20, por lo que existía mucha expectación por lo que podía generar a nivel adulto.
La ilusión se convirtió en frustración esa tarde del 17 de agosto de 2005, en Budapest, pues el estreno de la "Pulga" con la selección mayor fue tan efímero como un soplo en el viento.
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El rosarino fue nominado por el técnico José Pekerman para que empezara a mostrar en la "Albiceleste" todo lo mostrado hasta ahí, de cara al Mundial de Alemania 2006. Por su inexperiencia, no lo ubicó como titular, pero sí esperaba darle una buena cantidad de minutos para que se luciera.
A los 63 minutos, el DT decidió su ingreso en reemplazo de Lisandro López. No alcanzó a generar expectación, porque 45 segundos después se iba expulsado por un manotazo a Vilmos Vankzák que el árbitro Markus Merk castigó con severidad.
En ese momento, pese al triunfo 2-1 de Argentina, Messi temió lo peor para su futuro. "Pensaba ‘entré y me echaron, no me van a llamar nunca más’. Fue terrible", ha recordado sobre ese momento.
Dieciocho años después, con el título del Mundial de Qatar 2022, una Copa América, 175 partidos, 103 goles y 56 asistencias, las penas de esa primera vez se han convertido en una anécdota, en el tropiezo que el libreto de su vida contrapone con la gloria que estaba destinado a alcanzar.
Las claves
- Se cumplen 18 años del debut de Messi con la selección argentina.
- El rosarino fue expulsado a los 45 segundos de su ingreso.