Frank McGinity, un veterano de la Marina de los Estados Unidos, denunció que al intentar acercarse a la casa de Meghan Markle y el príncipe Harry para entregarles un regalo, fue rechazado por los guardias de seguridad.
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Un obsequio con historia local
El inesperado desplante sucedió poco después de que el príncipe Harry y Meghan Markle se mudaran a Montecito en 2020. McGinity, quien cuenta con 88 años y es vecino cercano de la pareja, quería regalarles un CD que contenía películas sobre la historia del área, un detalle que consideraba apropiado para darles la bienvenida.
En sus memorias tituladas Get Off Your Street, el veterano relató cómo se acercó a la propiedad de los duques. "Harry y Meghan viven en la antigua propiedad de McCormick y fui a su puerta con las películas en un CD, pero no estaban interesados", compartió McGinity, añadiendo que el encargado de la puerta fue quien lo rechazó diciendo simplemente "no están interesados".
Montecito: El nuevo refugio de los duques
Montecito, un área conocida por ser el hogar de varias celebridades, se ha convertido en el nuevo refugio de la pareja real. Markle y Harry se mudaron en julio de 2020 junto a su hijo Archie, y aunque la comunidad está acostumbrada a la presencia de figuras públicas, la llegada de los duques generó cierta sorpresa entre los vecinos.
McGinity, en su relato, incluso ofreció detalles de la cercanía con los duques, señalando que vive a "una tiara o dos" de distancia de ellos. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue su comentario sobre la elección del barrio por parte de la pareja: "No los vemos mucho por aquí. Es sorprendente que vinieran aquí. Las personas suelen ser mayores. Es donde los elefantes vienen a morir".
Este incidente pone en evidencia la búsqueda de privacidad por parte de Meghan y Harry, quienes han decidido llevar una vida más tranquila y alejada de los focos tras su mudanza a Estados Unidos. A pesar del intento de acercamiento de McGinity, es evidente que la pareja desea mantener su espacio y evitar interacciones no deseadas. Sin embargo, el hecho de que un vecino intentara un gesto amable y fuera rechazado ha dejado a muchos reflexionando sobre los límites de la privacidad y la cortesía.