En los medios estadounidenses ya circula la información de la jornada: Britney Spears y Sam Asghari terminaron oficialmente su proceso de divorcio, poniendo así fin a un matrimonio que sólo duró 14 meses y ahora sólo falta la firma del juez.
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El tema principal del papeleo era la protección del patrimonio de la cantante, que asciende a 60 millones de dólares. El medio Page Six destaca que ambas partes mostraron una postura cooperativa y respetuosa durante este proceso.
El magazine precisó que Spears conservará “varias joyas” y otros artículos personales, así como las ganancias que obtuvo antes, durante y después de sellar su amor en el altar.
No obstante, en cuanto a las propiedades, se dividirán conforme con el acuerdo firmado.
Por otro lado, se determinó que el actor recibiría un millón de dólares cada dos años de su matrimonio, con un límite de 10 millones después de 15 años.
A finales de agosto, llegaron a un acuerdo sobre la custodia de sus cinco perros, con Asghari convirtiéndose en el único propietario de un doberman llamado Porsha, comprado para proteger a Spears.
Spears retuvo la custodia total de sus otros cuatro perros, incluyendo un pastor australiano llamado Sawyer y un Yorkie llamado Hannah.
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Este fue el tercer matrimonio para Spears, ya que se casó con su amigo Jason Alexander, en Las Vegas, y luego, Spears se casó con el bailarín Kevin Federline, padre de sus hijos, Sean Preston y Jayden James.
Algo de amistad hay
Antes que Spears lanzara el libro de sus memorias, “The Woman in Me”, Sam Asghari tuvo muy lindas palabras para que su exmujer.
“Ya lo he leído y estoy muy orgulloso de ella“, aseguró al portal TMZ en un comienzo y luego confesó que la cantante “le dedicó mucho trabajo y resultó muy duro. Estoy emocionado, desde luego, y orgulloso de ella”.
Finalmente Sam enfatizó en que “fue difícil” para Spears el proceso de escribir su historia, sin embargo siempre contó con su apoyo, incluso después de la separación.