Carolina “Pampita” Ardohain ha causado un gran revuelo en el mundo del espectáculo de Chile y Argentina al confirmar su separación de Roberto García Moritán, su segundo esposo, en medio de rumores sobre una posible infidelidad por parte de él.
Sin embargo, estos rumores son solo una parte del drama, ya que Moritán también enfrenta serios problemas legales. El ministro del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se encuentra bajo acusaciones de corrupción en su ministerio, el de Desarrollo Económico.
Medios transandinos aseguran que durante su gestión se contrataron de manera irregular a 384 personas. En un programa de entretenimiento argentino, se mencionó que la casa de Pampita podría ser objeto de un allanamiento debido a una investigación relacionada con los bienes de García Moritán, así como con una fundación llamada Fundación Asociar, donde Ardohain había estado recaudando fondos.
Aunque se aclara que ella no está directamente implicada, ya que Moritán es el presidente de la fundación, el hecho de que se hable de una “fundación” puede complicar las cosas, y esto se ha convertido en parte de la investigación en curso, con la esperanza de que no la afecte.
Vecinos revelan el lado oculto del matrimonio
Con el escándalo a flor de piel, comenzaron a surgir nuevos detalles que alimentan la polémica. Un vecino del exclusivo barrio Nordelta Golf Club, donde vivían Pampita y García Moritán, decidió romper el silencio, aunque prefirió mantener su identidad en reserva. En una entrevista con el programa A la Tarde, de América TV, este testigo reveló algunos episodios que mostraban otra cara de la pareja, según consignó La Cuarta.
“No es tanto como se muestra en la tele. Yo tengo un perro labrador que se escapa a veces y ellos tienen un perro chiquito. Bueno, el marido de Pampita una vez me puteó mal porque se me soltó el perro”, comentó el vecino, insinuando que García Moritán no siempre mostraba la imagen calmada que proyectaba en público.
Además, señaló que en el barrio había una percepción de superioridad por parte de la pareja. “Ellos se creen un poco más de nivel, pero somos todos del mismo nivel”, comentó, aludiendo a ciertas actitudes que habrían causado malestar entre los vecinos. “Una vez yo fui con mis sobrinos a la plaza y, cuando ellos llevan a sus hijos, quieren que la plaza esté solamente para ellos”, recordó.